Acabo de volver de mis vacaciones. Dos semanas maravillosas con mi hermana Bridget en Oahu, Hawái. Fuimos invitados por nuestras amigas Nandita y Gaye, que viven en la Bahía de Kaneohe, a orillas de una laguna repleta de tortugas marinas, peces de todos los colores y tiburones martillo, que eligen las cálidas aguas de la bahía para parir sus alevines. Aprovechamos nuestra estancia para hacer un curso de buceo y disfrutamos de un mundo marino silencioso, inabarcable y repleto de vida.
Y como no puede ser de otra manera, aproveché el viaje para comer y cocinar. Nandita es una gran cocinera y sus desayunos son legendarios. Una mañana, porridge de quinoa con almendras y arándanos; otro, chapatis rellenas de papaya, o huevos de sus propias gallinas, ¡cuyos cacareos me despertaban cada día a las 4 de la mañana! El desayuno va siempre acompañado de chai, un té indio elaborado con una receta que Nandita ha heredado de su madre. Gaye se encargaba de mantener el jardín, un pequeño Edén en donde crecen cúrcuma, jengibre, lima makrut, citronela, y hasta plantas de café.
Vivir para mejorar el mundo
Siempre es un placer pasar tiempo con Gaye y Nandita. Son de ese tipo de personas cuya manera de vivir mejora el mundo. Una tarde llevamos productos del jardín al puerto, donde participan en un proyecto que se llama hungry sailors. Al carecer de visados, cuando no están faenando, los marineros extranjeros (la mayoría filipinos) que trabajan en los barcos de pesca estadounidenses no pueden salir de la zona portuaria. Voluntarios hawaianos han organizado en el puerto servicios de atención médica y reparto de frutas y verduras para complementar una dieta pobre en productos frescos.
De vuelta a casa pasamos por la nave de un importador de ropa y Gaye paró para recoger las tiras de plástico y otros restos del embalaje de las cajas de cartón en que llega el género. Gaye me enseña a tejer esas cintas para producir unas preciosas cestas de colores. Gaye es artista (catedrática de la facultad de arte y en la actualidad vicerrectora de la Universidad de Hawái), y sus cestas pueden verse en las salas del Hawaii State Art Museum. Ya son piezas de coleccionista y un día, llevando una de ellas por el supermercado, me preguntaron: “¿Es una auténtica pieza de Gaye Chan”?
La cocina de Hawái: Una experiencia que pone en práctica nuestra filosofía «Decolonial Food»
A veces cocinábamos en casa: sopa de pollo con moringa y chile, pescadito frito con tomate y gamba fermentada, miang kham, (hoja de betel relleno de cacaos, lima, y chile con azúcar de palma), y hasta una paella. Y siempre poniendo en práctica nuestra filosofía decolonial, el encuentro del recetario del mundo con el producto local. Algunas noches disfrutamos de una cena fuera: sushi en Gaku, mi restaurante favorito de Oahu, y en otra ocasión codeándonos con millonarios en el restaurante del Hotel Halekulani, en Waikiki.
La vuelta a Ma Khin Café y la gestión de contradicciones tras unas vacaciones sostenibles
Vuelvo a Valencia con la maleta repleta de flores de guisante de mariposa (las usaremos para infusionar en ginebra), cúrcuma, cestas, macadamias y café de Kona. Pero sobre todo con mi cabeza rebosante de lo aprendido de Gaye y Nandita, y satisfecho tras comprobar, una vez más, que los encuentros entre personas y sus historias y culturas contribuyen a nuestra propia evolución.
No puedo evitar pensar también en la incoherencia del aprendizaje cuando requiere un viaje tan largo. Cuánto me hubiera gustado ir en velero a ver a mis amigas. Pero es una opción inviable. Los problemas de sostenibilidad son estructurales y nadie en el mundo rico es completamente inocente. Todos tenemos que gestionar esas contradicciones, pero me consuela pensar que este viaje me ha ayudado a dar un paso adelante, que llevará a otro, y así sucesivamente… ¡hasta que haya veleros a Hawái y seis meses de vacaciones para disfrutar del viaje!
Un saludo,
Steve.
P.D. El pasado 25 de septiembre marcó el 8º aniversario de la publicación de la aprobación por Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), marcadores en un camino hacía una mejor relación entre nuestro planeta y las personas. El fomento de una dieta saludable forma parte de los ODS y este sábado retomamos los cursos en Ma Khin Café con unos platos en los que prima el equilibrio y la salubridad de los ingredientes.