Receta Masala dosa.– En una vida anterior trabajé durante tres años como profesor de física en un instituto de Londres. Era un trabajo maravilloso, pero duro. De vez en cuando salía con un grupo de colegas entresemana para desahogarnos y relajarnos compartiendo cena y cerveza en alguno de los muchos restaurantes indios del sur de Londres. Fue ahí donde comí por primera vez masala dosa, una crepe instado), fenogreco y urid dahl. Molía los granos reblandecidos y dejaba la mezcla resultante a fermentar durante una noche. Sin embargo, a pesar de las condiciones supuestamente ideales de humedad y calor del Mediterráneo la masa se resistía a fermentar. Recientemente leí en La Vanguardia una autoproclamada receta “autentica” de masala dosa. Nunca me ha gustado el término “auténtico”: tan categórico. Detesto sus pretensiones de objetividad y verdad absoluta. La riqueza de la cocina regional radica precisamente en la variedad de las interpretaciones posibles de un plato tradicional. ¿Tu abuela solía poner ajo en la paella?, ¿romero?, ¿azafrán? ¿pimientos? Confieso sentir cierta satisfacción al observar que la foto que acompañaba el artículo mostraba una crepe claramente francesa, la demostración palpable de que el autor también había fracasado en sus intentos de conseguir la fermentación de la masa. ¡Vaya autenticidad!
La receta de Masala dosa con arroz valenciano
El problema que sufrimos él y yo, dos investigadores tan entusiastas como poco duchos en la fermentación de la masa de dosa, parece derivarse de la fecha de caducidad de la materia prima. Bien el dahl, bien el arroz, llevaban demasiado tiempo en la despensa (quién sabe si en la estantería del supermercado). Hace poco volví a probar la receta con arroz valenciano de cosecha más reciente. Et voilá! Después de 24 horas la masa mostraba una actividad tremenda, cubierta de una espuma efervescente, un resultado que hemos conseguido repetir para poder incorporar el plato en nuestra nueva carta de invierno. Así que ya puedes disfrutar de una fabulosa masala dosa en Ma Khin Café, tan rica como si estuvieras en Tooting Bec, ¡o en Kerala!